Son muchos los padres que piensan cada día a qué tipo de extraescolar pueden apuntar a sus hijos para que se desarrollen, para que aprendan más y vayan mejor en la escuela. Programan actividades extraescolares pensando en el bien de sus hijos. Martes y jueves fútbol y después inglés, lunes y miércoles repaso escolar y viernes natación… Este es un ejemplo de cómo los padres llenan las agendas de sus hijos pensando que hacen un bien para ellos.
Con las actividades extraescolares se deben cuadrar horarios, les resta horas de ocio y juego y además, también les resta horas de trabajo autónomo escolar en casa. Por si fuese poco, cuando un padre o una madre está cuadrando el horario semanal de su hijo pasa por alto lo más importante para sus hijos: los niños necesitan ser niños.
¡Vámonos al parque!
Los padres premian a sus hijos cuando hacen las cosas bien con ir un ratito al parque, o les “castigan” con no ir si no cumplen con sus obligaciones diarias. Como padres, queremos que los niños crezcan felices y que se desarrollen con plenitud… Que hagan aquello que les hace felices pero que al mismo tiempo les sea útil para su futuro.
Deja de lado las clases que te dicen que son lo mejor para tu hijo, no pienses en eso ahora porque te genera estrés a ti y también se lo genera a tu hijo. No te preocupes de manera innecesaria porque lo que realmente necesita tu hijo son dos cosas: pasar tiempo contigo y pasar tiempo en el parque.
Los niños se pasan el día en un horario estructurado, haciendo tareas y cumpliendo normas… Cuando llegan a casa también deben seguir esto, ¿y también le harás ir a clases extraescolares a seguir una estructura y unas normas? No le generes estrés innecesario para su edad (un estrés que además es perjudicial para su salud). Tu hijo también necesita sentir la libertad que proporciona el parque. Allí desarrolla su imaginación, su creatividad, las habilidades sociales, el contacto con la naturaleza, etc.
Necesitan jugar
La actividad más importante que necesitan hacer los niños después del cole tiene un nombre claro: jugar. Necesitan horas de juego, de interacción, de no tener que seguir instrucciones, de disfrute… Y lo mejor de todo para los padres, es que esta es la mejor actividad extraescolar y, ¡es gratis! Por si fuese poco, el horario es flexible… ¡podéis ir según vuestras necesidades familiares!
En el parque los niños pueden jugar, descubrir, crear, imaginar, trabajar habilidades de comunicación y habilidades sociales casi sin darse cuenta, se vuelven más autónomos e independientes, disfrutar de la libertad, de saltar, correr… Hacen amigos, aprenden a respetar, perdonar y a ser tolerantes con ellos mismos y con los demás. Queman esa energía que tienen en su interior para después relajarse en casa y descansar mejor. También hacen ejercicio y mejora su salud. ¿Qué más se puede pedir?
Para que tu hijo disfrute realmente en el parque tendrá que decidir a qué jugar, cuando comenzar y acabar el juego… Pondrá sus normas. Permite que se ensucien, permite que se equivoquen y que tropiecen. Media si hay conflictos pero no soluciones los problemas por ellos. No te lleves juguetes… ¡que use su imaginación para jugar con lo que la naturaleza les ofrece!
Como puedes comprobar, el parque aporta muchos beneficios a los niños, ¡más que cualquier otra actividad extraescolar! Porque para aprender está la escuela, y para jugar, ¡el parque y el tiempo libre!